dilluns, 7 d’abril del 2014

LA CAPUTXETA

Enguany la campanya d'animació lectora que organitza la Biblioteca Municipal, gira al voltant de la Caputxeta Roja. I és que és, possiblement, el conte popular més conegut i contat; i malgrat que tots sabem la versió oficial, hi ha moltíssimes versions...i algunes d'aquestes seran les que podrem conèixer gràcies a aquesta activitat que ha organitzat la Biblioteca.
Al Rosario Pérez hem montat una biblioteca sols de Caputxeta, on els xiquets i xiquetes podran acudir per conèixer algunes de les nombroses versions que d'aquest conte tan popular hi ha. Però no sols seran llibres...hi ha moltes coses més.
Per fer-vos ganes ací vos deixe altres activitats relacionades amb el tema:

Per conèixer el personatge:

thttp://photopeach.com/album/b8lvyh?ref=est

Per vore el conte:

http://www.super3.cat/unamadecontes/demo/show_video/11









Un poc de poesia....



Caperucita
(Francisco Villaespesa)

-Caperucita, la más pequeña de mis amigas.
¿en dónde está?

-Al viejo bosque se fue por leña, por leña seca,
para amasar.
 
-Caperucita, di, ¿no ha venido?
 
¿Cómo tan tarde no regresó?

-Tras ella, todos al bosque han ido,
pero ninguno se la encontró. 
-Decidme, niños, ¿qué es lo que pasa?
 
¿Qué mala nueva llegó a la casa?

¿Por qué esos llantos? ¿Por qué esos lloros?
¿Caperucita no regresó?
-Sólo trajeron sus zapatitos... 
¡Dicen que un lobo se la comió!...



CAPERUCITA ROJA
Gabriela Mistral

Caperucita Roja visitará a la abuela 
que en el poblado próximo sufre de extraño mal. 
Caperucita Roja, la de los rizos rubios, 
tiene el corazoncito tierno como un panal. 

A las primeras luces ya se ha puesto en camino 
y va cruzando el bosque con un pasito audaz. 
Sale al paso Maese Lobo, de ojos diabólicos. 
«Caperucita Roja, cuéntame adónde vas». 

Caperucita es cándida como los lirios blancos. 
«Abuelita ha enfermado. Le llevo aquí un pastel 
y un pucherito suave, que se derrama en juego. 
¿Sabes del pueblo próximo? Vive en la entrada de él». 

Y ahora, por el bosque discurriendo encantada, 
recoge bayas rojas, corta ramas en flor, 
y se enamora de unas mariposas pintadas 
que la hacen olvidarse del viaje del Traidor... 

El Lobo fabuloso de blanqueados dientes, 
ha pasado ya el bosque, el molino, el alcor, 
y golpea en la plácida puerta de la abuelita, 
que le abre. (A la niña ha anunciado el Traidor.) 

Ha tres días la bestia no sabe de bocado. 
¡Pobre abuelita inválida, quién la va a defender! 
... Se la comió riendo toda y pausadamente 
y se puso en seguida sus ropas de mujer. 

Tocan dedos menudos a la entornada puerta. 
De la arrugada cama dice el Lobo: «¿Quién va?» 
La voz es ronca. «Pero la abuelita está enferma» 
la niña ingenua explica. «De parte de mamá». 

Caperucita ha entrado, olorosa de bayas. 
Le tiemblan en la mano gajos de salvia en flor. 
«Deja los pastelitos; ven a entibiarme el lecho». 
Caperucita cede al reclamo de amor. 

De entre la cofia salen las orejas monstruosas. 
«¿Por qué tan largas?», dice la niña con candor. 
Y el velludo engañoso, abrazado a la niña: 
«¿Para qué son tan largas? Para oírte mejor». 

El cuerpecito tierno le dilata los ojos. 
El terror en la niña los dilata también. 
«Abuelita, decidme: ¿por qué esos grandes ojos?» 
«Corazoncito mío, para mirarte bien...» 

Y el viejo Lobo ríe, y entre la boca negra 
tienen los dientes blancos un terrible fulgor. 
«Abuelita, decidme: ¿por qué esos grandes dientes?» 
«Corazoncito, para devorarte mejor...» 

Ha arrollado la bestia, bajo sus pelos ásperos, 
el cuerpecito trémulo, suave como un vellón; 
y ha molido las carnes, y ha molido los huesos, 
y ha exprimido como una cereza el corazón...







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