EL FANTASMA Y EL LÁTIGO
Había una vez un
fantasma gigante y de color naranja que vivía en un castillo muy grande y muy
viejo que estaba en una colina encantada.
El fantasma se llamaba
Lyon y daba mucho miedo.
Un día una niña paseaba
con su caballo que se llamaba Candela.
La niña tenía mucho
miedo pues le habían contado que en ese castillo vivía un fantasma, pero como
era muy curiosa, se atrevió a entrar.
Vio el fantasma y se
asustó, pero el fantasma quería ser su amigo porque se sentía muy solo y la
niña, que se llamaba Mireia, aceptó ser su amiga.
Desde entonces, todos
los días se acercaba por allí para saludarle y jugar con él.
Pero un día el fantasma
no apareció. Lo buscó por todo el castillo pero no lo encontró.
Mireia se asustó porque
pensaba que había perdido a su amigo.
Finalmente, al cabo de
unas semanas, Mireia volvió a entrar a buscarlo y su amigo el fantasma apareció
con toda su familia y, desde entonces, fueron más amigos que nunca.
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